miércoles, abril 12, 2006

Choko Cartoons I: Simpatía por...

... Este alegre personajillo que he colocado; con él, inauguro oficialmente la sección del blog Choko Cartoons, en el que iré colocando ilustraciones, dibujitos, historietas, chistes, etc, etc... creados por este servidor de ustedes, con el fin de que critiquen, comenten o hagan lo que buenamente quieran que para eso están en su casa (por muchos años)
Como tengo el escanner estropeado voy a ir tirando mano de archivo personal y es por eso que hasta que lo arregle las imagenes propias van a ir un poco con cuentagotas (ustedes sabrán perdonarme)

5 comentarios:

Chespiro dijo...

Hombre, Choko, no sabía que le dabas también a las artes gráficas.
Enhorabuena por la lograda expresión.
Dicen que hay una serie de reglas que hacen que determinados diseños de personajes caigan simpáticos al espectador.
Una de ellas es dotarlos de rasgos infantiles. No sé si has sido consciente de ello, pero lo has logrado en tu dibujo: apertura de ojos, sonrisa, esos mofletines...Pregúntenle a los creadores de Piolín, que lo saben bien.

Los Burgomaestres dijo...

¡¡Nos sumamos a la enhroabuena, amigo Choko!! ¡¡¡Tiene ud. mucha mano!!!

Yordi (Y.) dijo...

Gracias chespiro y Burgos!
Lo que comentas, chespiro, es verdad, aunque no creo que sea tanto premeditado por mi parte, sino más bien por el "estudio" del trabajo de algunos de mis dibujantes preferidos, los viejos dibujos de la Warner o los comix de Robert Crumb que también usa estos "trucos".
El creador de Piolín es Robert Camplett, sucesor de Tex Avery, y que al dejar la Warner también dejó un poco huerfanos a los "Looney". Piolín por ejemplo, se fue haciendo cada vez más cursi y menos interesante... Jo! chespiro me acabas de dar la idea para un próximo post!

Chespiro dijo...

Jajaja: Caída y ascenso de Piolín.

Yordi (Y.) dijo...

Je,je ya ves que hasta los personajes más irrelevantes tienen su propia historia. Y en el caso de los dibujos de la warner cambian según quien los dirija, de forma que parecen actores disciplinados ante los caprichos de sus directores.