Miguel Mihura; un hombre algo triste, un poco de vuelta de todo, un poco demasiado amargo, un tanto nostálgico, quizás. Tan triste, tan amargo, tan nostálgico que no era extraño que se dedicara al humorismo. Un humorismo que, en su caso, era algo más parecido a la poesía, que a esas cosas que salen, de vez en cuando, y casi todos los sábados, por la tele...
Tenía este hombre tirando a solitario, varios amigos, y con esos amigos se montó una revista llamada la Codorniz para, como él decía, "jugar" a inventarse la risa absurda que quizás no huya de la realidad pero sí que la tranforma, riéndose no sólo de Doña Antonia sino del señor Feliú y clamando al viento las bondades del huevo frito. Todo esto en una época en la que en este país, no nos olvidemos, mandaban las Doñas Antonias, los señores Feliús y los huevos fritos salían muy caros...
Uno de los amigos de Don Miguel, se llamaba Antonio de Lara Gavilán "Tono", y en la forma era el más parecido a él, aunque por su carácter eran completamente contrarios; pues era Tono un hombre que se reía del mundo y luego le daba las gracias por darle tan buen material de risa, un señor que ideaba chistes e inventaba artilugios para sus hijas y para todo el mundo, con él escribió Ni pobre ni rico sino todo lo contrario obra de un "nonsense" (palabra de origen extranjero, que quiere decir "clavicordio") necesario y hermoso, con diálogos tan bellos como estos:
-¡Caramba, que máquina de escribir tan grande!
-Es que eso no es una máquina de escribir es un piano.
No contento con eso, escribió Mihura Tres sombreros de copa, obra que no se sabe a ciencia cierta si es teatro del absurdo, pero que desde luego lo parece, se adelanta a su tiempo por lo menos 20 años y un día, ante la incomprensión de todo el mundo, y que termina de forma amarga, tan amarga como un golpe de realidad en medio de un circo. Esta obra por cierto, hizo que Ionesco se cayera del caballo (Ionesco siempre llevaba un caballo para poder caerse de algún sitio) y dijera que esa obra, en cierto sentido, se le había adelantado. Después de decir eso Ionesco cogió a su caballo a hombros, porque el animal estaba muy cansado y se fue a escribir alguna otra obra maestra de esas que hacía él.
El resto del tiempo Don Miguel se lo pasó huyendo, huyó de la Codorniz, la revista que había hecho nacer y que acabó cansándole como tantas cosas en su vida, huyó de su carrera como guionista cinematográfico, huyó mentalmente de una cojera que le impedía andar con facilidad y huyó, de igual forma, de un país al que quería hacer reir pero maldita la gracia que le hacía...
De lo único que no pudo huir fue del teatro, y siguió intentándolo, haciendo obras, quitándole los chistes hasta que se parecieran lo suficiente a lo que él quería y podía aguantar el público de la época... Y después de esto cuando ya parecía que no podía huir de más cosas, La Academía de la Lengua decide nombrarlo Académico y él, sólo para molestar, decide morirse, desoyendo los consejos de otro compañero de la "Generación de humoristas del 27", Enrique Jardiel Poncela, que ya había dicho hace mucho tiempo que "morirse es un error"
¡Y es que eso de morirse era una tontería muy gorda, Don Miguel!
Yo, es que no me lo explico.
11 comentarios:
Mihura se hizo humorista por triste. No hizo caso a Jardiel porque eran radicalmente distintos: Jardiel se divertía viviendo. Además, no se llevaban bien, pues a decir de Jardiel, Mihura le copiaba. Hasta que Jardiel no murió, (años cincuenta) Mihura no consieguió estrenas sus obras escritas en la década de los treinta, etc.
Sí, sí, cierto enrique. Además creo que esa animadversión de Mihura y Jardiel, viene también por el retraso de unos pagos de unos cuentos que Poncela mandó a la Codorniz...
Lo de que le copiaba... Pues no lo creo, yo creo que el absurdo de Mihura es mucho más absurdo que el de Don Enrique que siempre es más crítico con la realidad. Yo creo que Mihura se parece más a Ramón Gómez de la Serna, pero con el humorismo más acentuado.
Con los humoristas del 27 me va a pasar como con el Gordo y el Flaco,van a aparecer mucho por este blog, así que si este es el tema que a tí te va no dejes de visitarnos.
Muchas gracias por tu comentario!
Choko! Me arece genial este articulo sobre Mihura. Sinceramente, espero q solo sea el primero de muchos otros. Sabes q este es mi escritor de teatro favorito. Admiro su capacidad para hacer q el surrealismo parezca algo cotidiano, vamos, q era surrealista pero sin intentar serlo, solo porq le nacia asi, de ahi su genialidad (al menos para mi).Ademas te animo a escribir tambien sobre otros tantos genios de la Codorniz y esos "niños patata" q tanto me gustan. Felicidades de nuevo por tu blog!
Me alegro que te guste el artículo, tico,ya sé que eres un admirador del dramaturgo madrileño y de la Codorniz, no te preocupes, que por estos posts que me monto, se van a pasar varios de los que trabajaron en esa revista.
Los niños patata y los señores triangulares, hexagonales o trapezoidales de Tono también son para hablar largo y tendido.
Por cierto te felicito en el día de tu cumpleaños, y recuerdo al mundo que mañana es el mío (ejem)
Claro que apareceré por aquí frecuentemente, si vas a tratar de humor: mi monomanía. Visita tú también mi blog de humor e intimaremos.
El mundo del humor es la razón de ser de este blog, enrique. Con mucho gusto me paso por el tuyo en cuanto tenga un momento, y lo de intimar ¿No estabamos haciéndolo ya?
PD: Ese apellido, ¿no será usted familia del autor de "¿Pero hubo una vez 11.000 virgenes?"
Un abrazo fuerte amigo misterioso!
Olé y Olé...Estupendo blog, Choko, y además qué bien sienta que se haga justicia con estos grandes del humor como Jardiel y Mihura. El año del centenario del Quijote yo lo celebré comprándome las memorias de Mihura, y me tronché de risa ¡Palabra!
Gracias Gordito por tu comentario, y, sí, las Memorias de Mihura son una delicia, además gracias a ellas sabemos que Madrid se construyó para que nacieran Don Miguel y otro señor bajito que no sabemos como se llama... je, je, una verdadera joya del humor.
Es una pena que los homenajes que se han hecho tanto a Mihura como a Jardiel hayan pasado tan desapercibidos, pero en fín, seguimos recordándolos...
¡¡¡Lo has bordao amigo Choko!!! Nos gustaría quedar contigo en cualquier plaza de toros para poder sacarte a hombros.
Yo sé que tengo que quedar con vosotros, en una plaza de toros, en un transatlántico o en la calle del Tribulete número Siete entre dos viñetas del Pulgarcito... Cuando me pase por Barcelona sé que tengo dos amigos pero no para sacarme a hombros, sino para hablar, a ras del suelo, de tebeos y otros placeres de la vida.
Cuente con ello, amigo Choko.
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