jueves, agosto 31, 2006

Próximamente...


Gracias al scanner de un amigo, voy a poder subir al blog algunos dibujos, ligeramente más modernos (o no) que los anteriores. La verdad es que me apetecía porque hace mucho tiempo que no subía nada mío.
Mientras los voy preparando, disfrutad de este señorcito con los pantalones demasiado subidos, el cual pertenece a una nueva sección de los inefables Choko Cartoons, los que voy haciendo mientras me aburro en cualquier cuadernillo u hoja en blanco, sin lápiz, directamente a tinta, sin ninguna idea en concreto de lo que voy a dibujar, sólo por darme el gusto. No es que sean muy buenos en cuanto a trazo u otras cosas de esas técnicas, pero son expresivos y cuando, después de un tiempo, los vuelvo a ver, algunos hasta me hacen gracia...
Ah! y me quiero preparar el artículo que prometí, hace tiempo, sobre Chaplin, y otro que no puedo decir de qué va, y más videos, y más cosas sobre el payaso en plan teórico, y más spam en los comentarios, y más, y más...
¡Así que no se vayan todavía!

jueves, agosto 24, 2006

Los Kuentos de Kokonino

Estamos en algún momento entre 1920 y 1930, en los Estudios del productor de cine cómico, Hal Roach, entre esos barracones, en esos escenarios, se puso un joven acróbata llamado Harold Lloyd sus primeras gafas, creando todo un icono del siglo XX; por allí también estaban Laurel y Hardy, seguramente, enfrascados en otra de sus absurdas luchas contra el mundo; Los niños de la Pandilla vivían sus aventuras más o menos infantiles, Charley Chase inventaba algunos de sus mejores gags y James Finlayson y el bueno de Edgard Kennedy intentaban, desesperadamente y sin éxito, calmar toda la ira que llevaban dentro.
Aquello parecía una alegre casa de locos...

Y el que parecía más alegre y más loco era uno que no actuaba. Simplemente tenía allí su despacho donde se dedicaba a inventar historias. Cuentos en cómic de un desierto en medio de un Texas de sueño, de un paraje llamado Kokonino Kounty siempre cambiante, de un gato que amaba a un ratón, de un ratón que odiaba al gato y lo demostraba a base de tirarle ladrillos en la cabeza, de un gato que recibía esos ladrillazos como una bella demostración de amor, y un perro policía que deseaba sospechosamente al gato y hacía lo posible por llevar al ratón a Chirona. El tipo del despacho era George Herriman y la extraña obra que dibujaba era Krazy Kat, claro.
Cuando le preguntaron por qué tenía su despacho en los estudios de Roach dijo: "No creo que haya un lugar donde Krazy pueda sentirse mejor que aquí, rodeado de payasos"

Tenía razón el autor, por supuesto, si seguimos el esquema que ya comenté hace dos artículos, Krazy, el gato o la gata Loka, es claramente un Augusto, despistado, ingenuo, incapaz de ver el mal en sus dos compañeros ("Son unos enkantos" opina siempre) Incapaz de comunicarse normalmente, pues habla una jerga incomprensible mezcla de spanglish, inglés culto, navajo y vaya usted a saber qué más... Siempre feliz, siempre confiado, ridículamente sensible (Llora porque se entera de que están explotando a los átomos) Krazy es un "duende", como decía su autor, pero también el niño que deberíamos llevar dentro.
Ignacio, el ratón, es el Carablanca, listo, dominante, aprovechado y astuto, se molesta en explicar a su manera, las cosas que Krazy no entiende, además, al contrario que el gato o gata, tiene sexo, pues tiene mujer e hijos (y esta es sólo otra más de las cosas que permanecen en el misterio en este cómic)
Kop, el perro policía, es el Ringmaster, el Maestro de Ceremonias, el Payaso Serio, el que termina la diversión, el pedante que siempre habla con sinónimos, la cara más aburrida de la Ley, es al que hay que intentar engañar y esquivar, el tipo bienintencionado del que no conocemos el fondo.
Cualquiera de las aventuras de Krazy Kat con sus continuas persecuciones para no encontrarse nunca, sus diálogos que no llevan a nada, sus repeticiones y sus gags podría ser una rutina típica de clown. El mismo Chaplin, de hecho, usó muchas veces los ladrillos como proyectiles, aunque no se los tomara nunca como declaraciones de amor.

Claro, se me olvida decir lo innovador que fue George Herriman, que sus rótulos cambiantes parecen más modernos que muchos diseñadores de hoy, que sin él los dibujantes del comic underground de los sesenta hubieran estado perdidos, igual que Bill Watterson el de Calvin y Hobbes, o el grandísimo Figueras... Pero eso ya lo ha dicho mucha gente que sabe más que yo y, al fin y al cabo, este es un blog para desenmascarar y homenajear a los payasos (y al humor, y a la risa y...).
De todas maneras, si me tiráis de la lengua, diré que cuando veo los dibujos de La Gata Loka, me acuerdo sin saber por qué de los personajes de Samuel Beckett, igual, el Godot que esperaban Vladimir y Stragón era tan sólo un ladrillazo en la cabeza.
Sí, puede que tenga sentido y todo.

martes, agosto 22, 2006

Vacaciones, Dario Fo y gasolina

Se me terminó el verano, y no puedo decir como en la canción "de tanto usarlo", aunque me lo he pasado muy bien, y he hecho muchas cosas, uno siempre tiene la sensación de que podría haber hecho muchas más...
Una de las cosas que hay que hacer en verano, es leer y, si es posible, releer. Yo he aprovechado, mis dos semanas de vacaciones para volver a mirarme las obras que tengo de Dario Fo: Muerte accidental de un anarquista, Misterio Bufo y No hay ladrón que por bien no venga (que es un recopilatorio de sus primeras obras cortas)
Fo, por si alguien no lo conoce, es el único cómico (actor, escritor, payaso y bufón) que ha conseguido ganar el prestigioso premio Nobel, este premio se lo dieron, sobretodo, por sus estudios concienzudos sobre la historia del teatro cómico, de la figura del payaso y el bufón desde los tiempos de los griegos y de la Commedia dell Arte. Sus obras teatrales son sátiras actuales usando muchos de los trucos que ha aprendido de esas comedias antiguas, que realmente funcionan, pues, consiguen ser serias en el fondo y muy graciosas en la forma.
Recomiendo, por cierto, a todo el mundo que le interese este mundo del clown, que busque el libro de Fo Manual mínimo del actor, de la Editorial Skene. Una divertida recopilación de conferencias que el Nobel dió por diferente universidades de Italia. Mi ejemplar está ahora mismo en paradero desconocido, por eso quisiera aprovechar este blog para pedirle a su raptor que me lo devuelva de una bendita vez...
Todo esto, para presentar este video en el que Fo, muy joven, aparece anunciando gasolina, en un estilo mucho más payasesco que bufonesco. Para entendernos, el payaso vive en un mundo más irreal, más privado, el bufón necesita al mundo real para burlarse de él, sin embargo, son figuras hermanas y, en los payasos teatrales modernos, parece que la nariz roja del Payaso se va turnando con la puntiaguda del Bufón dispuesta a aguijonear la realidad... Y todo esto, gracias a gente como Dario Fo, claro.

lunes, agosto 07, 2006

Miserable y divertido.


Para completar un poco el artículo anterior, hoy vamos a hablar del payaso mendigo...

Este tipo de payaso llamado originalmente Tramp o Hobbo es una versión del Augusto, simplemente, es como si el Payaso Tonto de toda la vida estuviera pasando una mala racha, se vistiera de harapos y viviera en crisis perpetua. Es normal que en esta situación se vuelva más pícaro que el original, una picardía no exenta de su forma de pensar absurda y particular de este tipo de payaso. Normalmente, vivirá su vida al día, de forma optimista, pero también siendo consciente de que es el ejemplo, desde el humor y la risa, de millones de personas que lo pasan mal.


Podemos encontrar raices de este payaso en muchas tradiciones europeas como la Commedia dell Arte (de la que hablaremos más adelante) Personajes de estas comedias como el Zanni, el Arlequín o Polichinela son ejemplos de tatarabuelos del Hobbo.


Muchos payasos del music hall inglés, también crearon retratos de los personajes más pobres de Londres, y es de ahí de donde Chaplin va a sacar el ejemplo para luego crear su propia versión del Tramp; Charlot.


Sin embargo, su versión más moderna es la Americana, en 1929 después del crack de la Bolsa que llevó a muchísima gente a la ruina y al país a una ola de pobreza que hizo que como dijera Groucho Marx "las palomas dieran de comer a las personas en los parques", es cuando aparecieron las primeras caracterizaciones modernas de este payaso (Fijaos en la foto) Los harapos, el sombrero característico y las botas gastadas van a ser una constante, el maquillaje gris hace referencia a barbas sin afeitar pero también a la grasa y al hollín con el que se manchaban la cara los vagabundos que viajaban en la parte baja de los trenes.


Los payasos vagabundos más famosos, fueron, casi todos, visuales y mimícos. Otto Griebling, tenía números en los que los gags se estiraban durante toda la actuación, por ejemplo, empezaba llevando una barra de hielo que se iba haciendo cada vez que salía más pequeña, hasta acabar en un mísero cubito de hielo. Emmett Kelly, que es el que sale en la foto, tenía un número muy famoso en el que partía un cacahuete usando un martillo gigante.


¿Payasos vagabundos en el cine? Pues ya hemos nombrado al más famoso... Charles Chaplin, y luego, Cantinflas, Harpo Marx, Stan Laurel en sus comienzos sin y con Oliver Hardy, y, en algunas películas, Keaton y Lloyd asumen también este personaje dentro del clown.


Si Carpanta estuviera hecho de carne en vez de tinta, hubiera sido un excelente Hobbo.


¿Por qué tiene este clown de personaje tanto carisma? Eso está claro, un payaso mendigo, nos habla de las cosas que van mal en el mundo, del hambre, la misería, pero se comporta con dignidad, extraña elegancia y humanidad. Nos habla también del optimismo, de esa chispa de alegría que nunca va a faltarle al ser humano por malos que sean los momentos, recordándonos que siempre habrá botas que cocer, cacahuetes que martillear, sueños que alcanzar.