jueves, junio 22, 2006

Choko Cartoons VII: Pianista

¿He comentado ya lo que me gusta aquella vieja revista que se llamaba la Codorniz?
(...)
Ah, que ya lo había dicho.
Bueno, pues, para demostrarlo, este dibujito que hice hace ya tiempo al estilo Mihura o Tono...
A ver si encuentro algunos de los chistes de una viñeta que hice en mis tiempos mozos.
Un abrazo a todos y gracias por seguir estando.

martes, junio 20, 2006

Diario de una nariz roja (II) Fin de Fiesta


Como todo en la vida, ya ha pasado el Festival de Clowns de Campanar, un evento que ha dejado en mí un regustillo dulce, con muchas experiencias que se me han quedado grabadas, con cosas, además, que creo que van a hacer que cambien algunas cosas a la hora de plantearme el salir a escena.
El contrabajo salió bien, mejor en la noche que en la mañana, conseguimos momentos de grandes risas en una obra cuyo texto es más bien serio con pinceladas de ironía.
Por cierto, podéis leer la crítica que me ha hecho Fernando Garcín en su web. No te lo dije Fernando, pero parte del "éxito" te lo debo, en un momento bastante bajo, conseguiste emocionarme mucho con tus palabras, más que nada porque son sinceras y salen exclusivamente de tu cariño hacia este trabajo. De todas maneras el ponerme al lado de mis dos ídolos Keaton y Lewis es un error táctico que me abruma.
Por supuesto, "El amor de un contrabajo" no sería nada sin la ayuda en escena del maestro del piano Pedro Aznar, Pedro no es sólo músico, es también un gran cómico y el mejor partenaire (¿se escribe así?) que se puede tener en un escenario. Tiene mucho talento y es extremadamente generoso con él, así que hay que agradecerselo.
Los Cuentos, aquellas versiones del Principito, Barba Azul, La trampa de Medusa y la canción La pulga y la sombra, fueron un rotundo éxito, el público estaba a reventar y la gente no paraba de reir con nuestras alegres bobadas, Consuelo, Mónica, Raquel e Ivan, fueron los compañeros que salieron conmigo en los distintos cuentos (y que dieron lo mejor de sí mismos) Yo me lo pasé en grande y así parece que se lo pasaron los que vinieron a vernos, en los que estaban incluidos los niños, ese público tan díficil.
Con la energía de los Cuentos repetí la rutina del perrito en el cabaret clown de este año, sin duda creo que ha sido la mejor de las tres veces que la hemos hecho el clown Lucho y yo.
Por supuesto no me olvido de Jorge Affranchino que dirigió todas las obras ni de Chistoff que no paraba con la organización. Encima ambos actuaban, y no acabaron defenestrados en el suelo, lo cual se mire como se mire tiene mucho mérito
Tampoco puedo olvidar las dos obras que pude ver en las que no salía yo, Pauperrimos y Cuadros, la primera una actuación infantil de Monchete y Firulete, llena de simpática ternura, con dos pobretones muy divertidos. La segunda, una versión de diferentes cuadros con muchos momentos interesantes y con muy buenas actuaciones.
Pues ya está ¿Ahora qué más?

martes, junio 13, 2006

Me he enterado de que...

Me he enterado de que el Ministro de Andares Tontos ha cerrado el ministerio, de que el centurión ya no va a buscar la cuchara en el cúbiculo de Brian, de que Sir Lancelot ya no lucha contra el conejo caníbal y en aquella tienda de la esquina ya no venden loros muertos, de que Basil se ha separado de Sybill y ha mandado a Manuel a España, de que quizás ya no se pueda encontrar a la Inquisición Española cuando menos te lo esperas y de que el abogado Archie Leach ha dejado de hacerle el amor a Wanda... Me he enterado de que el gran escritor, ex miembro de los Monty Phyton y clown John Cleese ha decidido no hacer más actuaciones y no volver a trabajar ni en radio, televisión o cine. Tenía que venir la noticia en uno de esos periódicos que te dan en el metro y al enterarme, no sé muy bien por qué me he puesto algo triste.
Se acercan tiempos de cambios en mi vida y uno espera de los mitos que le quedan vivos que permanezcan inalterables, quietecitos, en su sitio. Pero claro, todas las grandes carreras tienen un final, y casi es mejor así, cuando, quizás, ha visto que su tiempo ha pasado un poco y ya no le daban grandes papeles.
El que, para mí, seguirá siendo uno de los escritores de comedia más influyentes del pasado siglo ha decidido retirarse.
No está todo perdido, dice que escribirá una especie de enciclopedia sobre el mundo de la comedia. Lo esperamos.
Mientras tanto escribiré declinaciones de latín en las paredes acordándome del idolo retirado...

lunes, junio 12, 2006

Sin cantar bajo la lluvia

Vamos a probar cómo se pone un video en un blog...
Primero disculparme por estar insoportablemente keatoniano durante estos meses, los que me conocen saben que tiendo a tener temporadas de adoración a los ídolos, es la pena de tener a tanta gente por admirar, que uno pasa de una influencia a otra casi sin transición y dejando tras de sí a varios ex-amigos a los que no se podrá dar la tabarra nunca más.
He decidido poner este video, de la película Hollywood Review of 1929, por lo extraño que resulta ver a todas las estrellas de la Metro del momento cantando bajo la lluvia, cosa que normalmente se le atribuye a Gene Kelly o, si nos ponemos más modernos, a las palizas de la Naranja mecánica. Bueno, esta es la versión original. En ella podemos ver a Joan Crawford, a Marie Dressler (la señora mayor con el paragüitas) y entre las demás estrellas, a Buster que es el único que no canta y aparece con su típica aptitud de despiste perpetuo, asombrado como si no supiera qué está haciendo allí, y por qué todo el mundo canta bajo la lluvia si, evidentemente, ya ha dejado de llover.
La cosa tiene gracia, hasta que uno empieza a ver la actitud de consternación de Buster como una metáfora de lo que le iba a pasar, cuando la Metro literalmente desguazara su equipo creativo y lo pusiera a hacer comedias horribles que para nada tenían que ver con el gran talento del protagonista. Ahogado por el alcohol y los problemas familiares, llegarían muchos días lluviosos para el pobre Buster, y el arcoiris del "redescubrimiento" iba a tardar en aparecer.


jueves, junio 08, 2006

Diario de una nariz roja

Empieza El Festival de Payasos de Campanar promovido por la compañía Catarastrofeatro la próxima semana, para los que les interese y les pille cerca de Valencia, decirles que se me podrá ver dos días en la Sala de la compañía...
El día 15 de junio (Jueves) con la obra El amor de un contrabajo, un cuenta-cuentos clown basado en el texto del gran escritor Anton Chejov, dirigido por Jorge Affranchino y con música del maestro Pedro Aznar. La obra es a las 22:00 hrs, pero yo habré hecho doblete pues la voy a pasar también a las 12:00 en una asociación de personas mayores. Está mal que yo lo diga, pero durante la última jornada de actuaciones la obra ha crecido mucho en risas, energía y diversión y, la gente que ha ido, se lo ha pasado muy bien viéndola, espero que si pasáis por allí, este sea vuestro caso.
El día 17 de junio, y esta vez con más compañeros (menos mal, je, je) estoy metido en una cosa que se llama Cuentos y que empezará a las 19:00 de la tarde. Hay versiones clownescas, absurdas e irónicas del Principito, de Barba Azul y de una obrita corta llamada La Trampa de Medusa, aparte de una sorpresita musical para el final... Si la gente se lo pasa igual de bien que nosotros en los ensayos, y conseguimos reirnos todos, habremos conseguido nuestros objetivos en este último trabajo de fin de curso.
También estaré el domingo a las 22:00 en el Colofón y fiesta final de clases, para recibir mi bien merecido (?) diploma y puede que me pase por más de las actividades abiertas del Festival, así que si quereis verme con la lengua afuera no tenéis más que pasaros por Campanar a esas horas...
Un abrazo!
Aviso, para ir a cualquiera de las actividades, por favor, acordaros de coger reserva, antes, en el teléfono de la Compañía, porque si no puede que os quedeis sin sitio. :O(

lunes, junio 05, 2006

Chico, el grande

El primero de los Hermanos Marx en orden cronológico vivió un poco eclipsado por sus otros dos hermanos menores, que siempre han tenido un espacio más grande a la hora de las biografías, los homenajes y demás martingalas, quedando Chico un poco condenado a un tercer puesto de aporreador constante de teclas de piano.
A muchos se les olvida el gran don que siempre tuvo, uno de los más difíciles en el arte de la actuación y quizás de los más sabios: Chico sabía escuchar.
Ya sé que en nuestro moderno mundo, en el que todo hijo de vecino quiere ser una estrella, a ser posible en quince días y con el menor esfuerzo posible, el que un tipo supiera escuchar a sus hermanos puede no ser tan importante como yo lo veo. En el mundo del clown en el que brillar no significa pisarle el cuello al que tenemos al lado, sino ayudarse para brillar todos, Chico se me antoja un ejemplo más a seguir.
Su personaje es un italiano improbable, tan improbable como el bigote pintado de Groucho o el hecho de que Harpo se nos presente en una película como "El profesor" (¿De qué materia, persecución de rubias?) Chico es el representante de la sabiduria callejera, de la picaresca de ir por casa, lo mismo que Groucho es el picaro de las altas esferas capaz de serrar los peldaños de la escalera social, Chico en su extraña estupidez, ni sabe que hay escalera social ni peldaños y sólo piensa en comer y en el dinero que le pueda venir al día, armado con su acento y su falta de sentido común es capaz de deconstruir el lenguaje con una eficacia bastante risueña
Mujer: ¿Heredó sus impulsos criminales de sus padres?
Chico: No, qué va, ellos aún tienen los suyos.
Sin Chico, Groucho no tendría talón de Aquiles, sería demasiado seguro, demasiado invencible, se nos haría antipatico, además de la gracia que hace que la única persona con la que Groucho intente negociar en serio sea la más inútil para la negociación. Sin Chico, Harpo no tendría contacto con el mundo real, y en el caso de que supiera algo, le faltaría el descifrador de su pantomima llena de juegos de palabras.
Cuando el grupo se disipó, y cada Hermano se fue por un lado, Chico fue el que más se acercó al viejo concepto del vodevil americano, sus actuaciones de aquella época nos muestran una forma de actuar superada y apolillada pero necesaria en el recuerdo. Al contrario de Groucho, ni Chico ni Harpo se desquitaron de sus viejas máscaras. Quizás gracias a eso Groucho, al matar al viejo personaje de las películas consiguió convertirse en alguien real para el público e hizo su camino en el empeño de ser una leyenda viva, la máscara de mimo de Harpo era la más universal y tan antigua que a la fuerza era intemporal, al seguir como estaba, Chico eligió el pasado de giras por hoteles malos y menús baratos, quizás con cierto aire de nostalgía por la juventud.
Como un eco de otros tiempos, Chico salió en un programa de Groucho en los cincuenta "Ey jefe, yo le conozco del vodevil ¿se acuerda?" podía haber sido el saludo del viejo Chico para el nuevo Groucho; después de un pequeño dialogo de rutina entre dos viejos camaradas (y Brothers además) Chico desaparece a la nada, al sueño, a la vieja película o escena de espectáculo ambulante de la que salió, a la que siempre va a pertenecer...
Y además dos huevos duros.
(El dialogo está sacado de Groucho y Chico, abogados, Joe Adamson, Tusquets Editores)