martes, mayo 30, 2006

Señor Droopy!

Igual que Felix el Gato debe su personalidad vagabunda al gran Charles Chaplin, o Bugs Bunny su sangre fria y su frase "Esto significa la guerra" al no menos grande Groucho Marx, también Buster Keaton, del que hablábamos en la entrada anterior, tuvo su correspondiente versión más o menos disimulada en la figura de un pequeño perro de aspecto tristón; Droopy Dog, creación del maestro de la animación loca de remate Fred "Tex" Avery.
Droopy como muchos otros personajes de los dibujos animados (sin ir más lejos el Pato Donald) nació en la radio. Tex Avery escuchó a un actor haciendo el lastimero tono que luego popularizaría al perrito, y le hizo mucha gracia, comprando en seguida los derechos de la voz e incluso llegando a ponerla él mismo en algunos de los cortos. Así nació la estrella en el clásico de 1943 Dumb Hounded.
En el hipercinético, violento y extra expresivo mundo de los dibujos de Avery, Droopy es como una balsa de aceite, un pequeño islote en medio del huracán, exactamente igual que lo era Keaton en sus películas; aunque Droopy tiene una ventaja, su total desprecio por las leyes del espacio-tiempo que dejan constantemente desarmados a todos sus rivales, en teoría, más fuertes, más listos y más poderosos que él. Y es que, como siempre decía el maestro Avery cuando le preguntaban por qué no se animaba a dirigir una película cómica de imagen real "No puedes meter a Chaplin dentro de una botella de leche"
"¿Sabéis qué? Yo soy el héroe" dice Droopy al público, creando la risa por el contraste entre sus desmayados andares y sus verdaderas ambiciones, y es que en un mundo en el que lo asume como victima, el perro conoce su verdadero potencial, y se mueve y triunfa principalmente por el mismo resorte que movía y hacía triunfar a Keaton: su ingenuidad. Ingenuidad de clown, que no conoce sus propios límites. Y si en algún momento el perro se desmoraliza y hace algo que ni Buster se permitía, echando una pequeñas lagrimillas, den por seguro que habrá algo (sea el azar o su propia voluntad) que hará que su venganza sea terrible...
Os dejo en este link otro de los cortos de Droopy, uno de los que a mí más me gustan el que da nombre e ilustra este artículo o post o lo que sea ( Señor Droopy )
(Mirando con cara de muerto a la cámara)
"¿Sabeis qué? Soy muuuuuuuuuuuuuy feliz"

martes, mayo 23, 2006

Choko Cartoons VI: Caricatura de Buster Keaton

Bueno, pues aquí estamos otra vez de vuelta.
Tuve la suerte de ver por primera vez a Keaton, en El Maquinista de la General, en pantalla grande, cuando por los cien años de cine (o sea en el 95, creo) nos llevaron con el colegio a ver esa peli, desde entonces soy un gran fan de Buster. De él, de su trabajo y de su cara. Creo que es a una de las personas que más caricaturas le he hecho, me encanta la serena expresividad de sus gestos, que nada tienen que ver con un palo o una piedra, por mucho que digan sus motes.
Saber expresar más con menos es un don que seas cómico, payaso, dibujante, diseñador gráfico o ingeniero mercantil, es díficil de lograr. Buster era un maestro en eso.

sábado, mayo 13, 2006

Hey Andy, did you hear about this one?

No sé si a Andy Kaufman le hubiera gustado que le llamaran clown, como yo le considero, pero seguro que no le gustaba que le llamaran cómico, ante esto siempre respondía lo mismo: "Yo no soy un cómico. Yo no cuento chistes" él prefería las palabras "entertainer" o "artista musical", algo que, seguro, está más cerca del viejo juglar, que del cómico de night clubs que se llevaba en los setenta.
Y es que en todas las artes tiene que aparecer un extraterrestre, alguien que rompe las normas y, de una forma natural, casi sin querer, lleva los generos a sitios nuevos, hacia nuevas perspecticvas, y, en el terreno, no tan yermo como algunos piensan, de la comedia americana de finales de los setenta y principios de los ochenta, ese alguien se llamaba Andy...
Tell me, are you locked in the punch?
El estilo de "comedia" de Andy Kauffman era algo cercano a la performance, quería, sobretodo, jugar con la realidad, hacer pensar a su público algo, para en un momento determinado cambiar sus esquemas y hacerles así no sólo reír, sino pensar, llorar, enfadarse, sentir. Sus personajes, un inmigrante venido de la isla imaginaria de Caspia que se presentaba ante el público como cómico pero no era capaz de contar un chiste decente, y que acababa imitando a Elvis Presley en un prodigio de veracidad (el mismo Rey del rock afirmó que Kauffman era uno de sus mejores imitadores, si bien más en los gestos que en la voz) y Toni Clifton, personaje que Kaufmann aseguraba que era real, cantante crooner borracho e incapaz de afinar una sola nota eran sus armas para estos fines. Pero sobre estos personajes brillaba el personaje aún más asombroso de Andy Kaufman, al que más tiempo le dedicó, tan inventado, enigmático y extraño como los otros...
Entre sus rutinas más famosas: canciones infantiles para públicos adultos, lecturas del Gran Gatsby, bailar una conga con el público de uno de sus espectáculos, sacarlos a la calle, dar una vuelta a la manzana y volver al teatro, invitar a todo el público del Carnegie Hall a tomar un vaso de leche con galletas, y lo más autodestructivo de todo, su lucha libre con mujeres, que le hizo ser el blanco de todos las asociaciones feministas del país.
Y es que Kaufman nunca explicaba sus "chistes", la indulgencia no existía ni siquiera para sí mismo.
Hey Andy, are you goofing on Elvis?
Hoy por hoy, hay un gran número de referencias de internet, sobre la supuesta falsa muerte de Andy Kaufman, según eso, Andy, no ha muerto y está por ahí escondido esperando el momento de aparecer otra vez en un nuevo show. Bueno, lo siento, no creo en eso. Aunque el mismo Kaufman fantaseó con la idea, como una de las formas de evadir la realidad, esta acabó siendo muy cruel, mandando cosas como el cancer que se lo llevó en 1984.
Para no terminar de una forma tan triste decir, que su leyenda sigue más viva en la actualidad que nunca, la excelente película Man on the moon de Milos Forman ha tenido mucho que ver con eso, al final aquel niño que se pasaba las tardes en su habitación, inventándose programas de televisión que se contaba a sí mismo, mientras los otros niños jugaban al beisbol, consiguió lo que siempre había deseado, ser una estrella.
Hey babie, are you having fun?
PD: Los títulos en negrita están sacados de la canción Man on the moon de REM, claro


viernes, mayo 12, 2006

12+1










No hay post número 13 en este blog.
Sigan sintonizados a Payasos en la oscuridad... El tipo de azul de la foto se lo agradecerá.

martes, mayo 09, 2006

Choko Cartoons V: Las cosas de Julio

Aquí tenéis a otro personaje. El típico adolescente friki-rebelde, Julio (nombre cogido al azar, ¿se nota?) tuvo una vida más o menos larga en una serie de tiras, primero en la página web de mi amigo Psico y luego en la revista DINA, que publicaba el ayuntamiento de Sagunto...
Pues eso, a mí este chiste, aún me sigue haciendo gracia, creo que es el típico humor que gusta porque nos sentimos más o menos reflejados en él. El dibujo, para mí no ha envejecido tan bien, aunque, hay que pensar que lo hice buscando la mayor sencillez en el personaje, por eso por no tener no tiene ni orejas, ni fondo ni nada... El color ha sido puesto para los asiduos lectores de Payasos en la oscuridad como regalo de la casa

domingo, mayo 07, 2006

Choko Cartoons IV: Introducing Godzi


Esta ilustración tendrá ya sus tres añitos, la hice como parte del trabajo final de curso, Godzi era la mascota de una inventada cadena de televisión, como su propio nombre indica, no era ni un dinosaurio, ni un dragón (como me han dicho algunos) sino una cría de lagarto Godzilla, lo que no sé es si dentro habrá un japonés pequeñito andando al revés, como le pasaba a su papá.
Me gusta el grafismo infantil para el tema de la típica invasión de la ciudad por un monstruo, aunque creo que ahora uso bastante mejor el Freehand para dibujar. De todas maneras aquí está.

martes, mayo 02, 2006

Y antes de Barks, ¡Taliaferro!

Al Taliaferro, era el dibujante de la tira cómica de Donald para los periódicos, si bien, no es tan conocido como su colega de los comic-books, esto no es porque su trabajo no sea interesante sino porque empezó a trabajar en un momento en que la afición al coleccionismo de comics no era tan extendida y no pudo ser sacado de su "negrismo" bajo clamor popular como le pasó a su compañero...
Por otra parte no puede ser más distinta la forma de tocar un mismo personaje y su mundo, esto se debe tanto al formato tan diferente en los que los dos trabajan, como al mismo carácter de los dos artistas. Si Barks es un contador de historias, Taliaferro es un humorista. Si Barks es el viento en la cara y las ruinas mayas, Taliaferro es el hogar ¿dulce? hogar y la ciudad como fuente de problemas. Si Barks disfruta con los diálogos, Taliaferro es pura pantomima. Si Barks es la aventura sin limites, que se extiende hoja tras hoja, Taliaferro es la anécdota que termina con un gag en, como mucho, una página. Si el Donald de Barks puede considerarse un precursor inocentón de Indiana Jones, el de Taliaferro es casi un personaje de Bruguera (guiño a los burgomaestres)
Y, sin embargo, Barks le debe bastante a Taliaferro en cuanto a caracterización y al principio en cuanto dibujo, en cuanto expresión y "movimiento corporal" de los personajes. Mirando un cómic de Taliaferro uno no tiene la sensación de leer un tebeo sino de ver un dibujo animado "paradito". Por otra parte si Barks fue el que apuntó a los sobrinos de Donald a los Jovenes Castores, Taliaferro es el que le brinda la materia prima, creándolos, apareciendo en su tira (justo la que está ilustrando este artículo) un año antes que en pantalla...
Pero si hay algo que, personalmente, siempre me ha llamado la atención de los cómics de Taliaferro es la mirada al público que hace Donald. Esto es un recurso del clown, que se llama "hacer un público", un lanzamiento rápido de una emoción para que el público pueda compartirla y se ria al entenderla y hacerla suya, siendo a veces mucho más importante que el propio gag que la creó en sí mismo... Bien, si esto resulta díficil en la vida real, imagínense como debe ser cuando uno es un ave antropomorfa sin más sustancia que la tinta y el papel, y es que, en estas tiras, Donald siempre es humano y reimos de su (y nuestra) propia humanidad más que del chiste en sí.
Recuerdo una tira en la que Donald quiere llevar a pasear en burro a Daysi, pero ella, coqueta como siempre, dice que prefiere ir en un moderno coche. Donald hace de tripas corazón y compra un coche que acaba dejándolos tirados y como única solución tienen que atar al burro para que los remolque, ante la rechifla general, el cabreo de la novia y el público mezcla de indignación, ira aguantada y resignación de Donald.
Es el destino del perdedor, o, peor aún, del ganador frustrado que es Donald, que seguirá perdiendo ya sea en el cómic, en el cine o en cualquier otro soporte inventado de aquí al fin del mundo sólo para que nosotros podamos reirnos y sentirnos un poco menos perdedores...
Démosle las gracias mientras se aleja en su viejo coche matrícula 113 y partamos hacia nuevas viñetas, nuevos artículos, nuevos amaneceres...