Son los años sesenta, y un nuevo idolo de masas ha nacido, luce un impecable traje negro y pajarita de mismo color. Con su sonrisa irónica y sus ojos, que parecen entre pícaros y descreidos, se mueve entre lugares tan exóticos como, por ejemplo, el desierto de Gobi. Imperturbable, fuma una eterna colilla de lo que hace mucho, mucho tiempo fue un cigarrillo y su lugar en el mundo es el de ser uno de esos hombres, mitad aventurero, mitad agente de la ley, mitad espia (eso son tres mitades. Aquí algo falla) que se hacen llamar a sí mismos Agentes Secretos...
Y no, nuestro héroe no es británico, tampoco tiene apellido, y, por si acaso os lo preguntais, tampoco es hijo de un antiguo comandante del Servicio Secreto Inglés. Mucho mejor, para nosotros, porque él es Anacleto, Agente Secreto y es creación de uno de los mejores humoristas que se han dedicado a dibujar tebeos en España: Manuel Vazquez. Anacleto, vive para los espacios abiertos. Vive entre el desierto y la ciudad, a veces los espejismos le hacen creer que uno es lo otro, pero, ¿no nos pasa a todos? Entre las oficinas, oficinas enormes, como una mezcla de kafka y los grandes almacenes de Jerry Lewis, y los mares infestados de tiburones, verdaderos gourmets, cuyos comentarios gastronómicos-filósoficos son siempre interrumpidos por el bueno de Anacleto que les pone el palito de rigor entre los dientes.
Y es así como en esos mundos inhóspitos, pero cotidianos, a veces Anacleto se confunde, y parece un muñeco de Tex Avery, hablando a los lectores cara a cara, explotando y saltando entre viñetas. Se confunde también y, cuando su jefe le da la consabida torta, con la mano dibujada en la cara, se le pone cara de Stan Laurel a punto de llorar y parece que va a rascarse el elegante tupé. Sigue confundido y se convierte en casi un artista dadá, cuando, en una historieta, se queda atrapado detrás de una puerta ¡En medio del desierto! Para confundirnos un poco más a todos, dijo Vazquez que siempre fue un amo de la confusión y el camuflaje, sobretodo si habían facturas no pagadas de por medio, que creó a Anacleto a imagen y semejanza del Superagente 86, cuando uno lo único que le ve parecido a los buenazos de Anacleto y Maxwell Smart es el zapatófono.
Pero no nos perdamos en las confusiones, que, no restan ni un ápice de originalidad al personaje ni a su creador. Anacleto es lo más parecido a un héroe en el mundo de Bruguera (al menos, hasta que llegó Superlópez) Un héroe en un mundo de gags, de esos gags que Vazquez creaba casi sin esfuerzo y que parece que no van a llevar a nada, hasta que, de repente, la viñeta explota y Anacleto y su jefe salen como angelitos con lira en medio del cielo. Pero los héroes son héroes y no se les puede echar en cara si la mayoría de las veces, no le salen las cosas bien, si explotan bombas que sólo matan de risa, o si caen tortas que sólo hace que nos duelan las carcajadas.
PD: Reconozco que no soy el más adecuado para escribir sobre Bruguera, me sobra nostalgía y me faltan datos, si quieren ver buenos blogs sobre Bruguera vean este, o este, o incluso este, este por qué no y este que es nuevo...
11 comentarios:
Hola Choko!
Me alegra mucho q hayas hecho este articulo. Sin duda Vazquez y Anacleto se lo merecen. Despues del propio Tio Vazquez, Anacleto es mi personaje favorito de este genial (aunque no reconocido como se debiera)dibujante.
Se q es un tema del q hemos hablado mucho, pero desde aqui, vuelvo a preguntar cuando llegara una debida recopilacion de alguno de los trabajos de Vazquez. No entiendo por que se le ha olvidado tanto. Acaso no estaba a la altura (o mas alla) de otros grandes como Escobar o Ibañez (tampoco entraremos en criticas, eso se lo dejo a Choko y futuros articulos)?
Creo q no se ha tratado a este artista como se debia, por eso me ha alegrado tanto leer este articulo. Espero q solo sea el comienzo de un debido homenaje. Muchas gracias Choko y Vazquez!
Anacleto nos enseñó a muchos qué era un espejismo o un oasis, palabras que al infantil lector de tebeos nos sonaban a chino antes de conocer a este fantástico personaje. Cuando salió de Bruguera, Vázquez creó para Ediciones Druida "Los casos de Ana y Cleto", pareja de detectives. Curiosa forma de seguir vinculado a uno de sus más reconocidos hijos.
Madre mía Tico, eres muy optimista si piensas que desde este blog tan pequeñito se puede hacer algo por el tema de las reediciones (como mucho patalear de rabia)
No me gusta comparar, pero sí creo, como tú, que Vazquez ha sido muy olvidado (no por el público entendido, claro) en comparación de los otros dos grandes que citas...
Ah! y gracias gordito, la verdad es que me suenan esos personajes que comentas aunque no creo haber leido nada de ellos, desde luego el dato que das resulta de lo más curioso y demuestra hasta qué punto estaba unido el creador al agente secreto...
Un abrazo!
Vázquez era un maestro en el arte de confundir, y tal vez por eso dijo crear a Anacleto a imagen y semejanza del personaje de Dom Adams, aunque datos bibliográficos demuestran que existían historietas de Anacleto antes de que el número 86 llegara a nuestro país.
Respecto a lo de escribir un tema de Vázquez sin criticar a Ibáñez... No es tan difícil, créanme. Por otra parte, criticar a alguien que ha triunfado tanto como Ibáñez (con las concesiones que esto implica) tampoco es especialmente complicado : siempre sobran argumentos para atacar lo que arrasa entre el público.
Muy oportunas las analogías con esos grandes que fueron Stan Laurel y Jerry Lewis, amigo Choko.
Se me ocurrieron otras comparaciones amigo Chespiro, pero tuve que parar porque el texto se me fue de madre y se volvió muy largo...
El problema con Ibáñez, es que creo que se han puesto a criticar lo que para mí es lo menos criticable... Que "copiara" o se inspirara de Franquin, por ejemplo, me parece de lo más normal y no es algo ajeno a otros artistas. El problema es que, hoy por hoy, las viejas fórmulas ibáñezcas me parecen algo agotadas, lo digo con bastante pena, porque unos de los "placeres" de mi (larga) niñez era pillar un super humor para reirme con las historietas de Mortadelo y Filemón. Creo que el ritmo de trabajo, el agotamiento, y esas concesiones que tú comentas, han hecho que su trabajo haya perdido la magia habitual, hasta el punto de que hasta Casanyes ahora parece mucho más imaginativo y fresco que el autor al que copiaba (por lo que leo por ahí, y sin poner en duda la calidad y profesionalidad de Casanyes, que era mucha)
Eso, indudablemente, la frescura de Ibáñez hace años que se agotó.
Se salvan parcialmente las nuevas historietas que saca de Rompetechos.
Volviendo a Vázquez, resulta curioso cómo se desmitificaba a sí mismo, diciendo, por ejemplo, lo de que Anacleto estaba basado en Maxwell Smart, sin ser del todo cierto.
Es una de las tantas contradicciones y paradojas que sacamos si analizamos los comentarios de este autor igualmente contradictorio y paradójico.
Hay una tónica de autoflajelación en las últimas declaraciones de Vazquez.
Rencor hacia compañeros, jefes, la misma editorial, e incluso su propia obra. No conocí esta faceta hasta hace poco y, reconozco que me sorprendió, pero puedo llegar a entenderla cuando pienso lo realmente mal que trataban a sus dibujantes las editoriales.
También creo que es un desahogo del artista que se sabe capaz de hacer muchas cosas diferentes pero que sabe que, irremediablemente siempre se le va a conocer por sus primeros personajes...
A veces, el rencor hacia los demás es rencor hacia uno mismo. Esto le sucede hasta a los grandes ácratas como Vázquez.
De todas formas, siempre he sospechado que a Don Manuel le divertía hacer ciertas declaraciones a la prensa.
Sabias palabras sí señor (nunca viene mal lo de "sí señor" cuando hablamos de Vazquez, por cierto)
Ana y Cleto, lo editaron en una revista llamada JAuJA. También llevaba una historieta de un Vázquez binguero desternillante y fascinante a partes iguales, que fue recopilada en un album tipo colección Olé. Que maestro, que capacidad de salir por donde uno menos se lo esperaba.
Y suscribo lo que comentais sobre Ibáñez. Yo creo que sus últimos trabajos resultan cansinos hasta para a quien le pillan de nuevas...
Un saludín.
A mí también me gustaba mucho el Vazquez del bingo, y el de las cartas y el que creaba una especie de anuncios de objetos extraños, algo así como un muestrario de cosas raras... Es cierto que siempre sabía como salir con cosas nuevas incluso con los esquemas más manidos...
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